sexta-feira, 28 de janeiro de 2011

    Entré al banco por esa puerta giratoria que siempre vomita  personas de traje , empujé  con fuerza, me trasladé como podía entre mucha gente, saqué el ticket, el marcador demoraba. Como de costumbre tengo el maldito reflejo de mirar a mi alrededor entre los asientos para ver alguna cara conocida, me pareció haber visto un político importante ahí dentro , pero no estoy muy seguro. Sentí como un alfiler pinchando el globo de mi ojo, con esa mirada punzante de aquel tipo , un viejo pelado . Giré los ojos para distraerme con un visual más interesante    ¿qué tiene de interesante  un banco además del dinero que no esta en tu mano? esperar. Pero los putos ojos   seguían mirándome, tal vez sea  de aquellos que merodean entre los pastos nocturnos del Parque Batlle y espera la oportunidad para ver la forma de un culo  o lo que sea para poder tocarse la pija.  Tan solo son suposiciones. No tengo nada contra quien escoge su telo en tal lugar y más cuando se trata de elegir un lugar tan económico, sucio e incómodo como el Parque Batlle  para cojer parado en un helado invierno.
  Pero el tipo se comportaba sin ningún escrúpulo y me siguió mirando. Vi a lo lejos un objeto rojo, se parecía a un extinguidor de llamas y recordé  la película Irreversible cuando el sujeto deshaciendo la cabeza con el bomberito  a un infeliz en medio de ese antro sadomasoquista, imaginaba aquellos sujetos de ese oscuro lugar caminando de noche por el Parque Batlle masturbándose mientras las viejas pasean los perros. Siendo muchas veces ingenuo aprendí a través de la experiencia que tan sucio es ese lugar por las noches como cuando besé a mi dragona y la silueta de un sujeto con una bicicleta se detuvo para bajarse los pantalones y masturbarse frente a nosotros. Pocas veces tengo la oportunidad de vivir un clímax romántico con alguien y cuando eso sucede un pajero hace ruido con la piel del prepucio golpeando el glande como un zumbido de moscas.
  El problema de un depravado tal vez sea eso, aparecer en los momentos inoportunos como en un banco y mirarte durante veinte minutos sin pestañar, si aquel tipo fuese oportuno dejaría de ser depravado, pero el problema de un idiota es mirar a quien no  le gusta que  lo miren y  lo continué haciendo, no podría revelar mi ira fascista frente a todo el mundo y el se aprovecho de estar en un lugar público. Qué más pude hacer, mirar para otro lado ,  bueno ,que lindo es el barniz del escritorio de la funcionaria, cuanto falta para que me atiendan, se le broncearon todas las tetas a  la rubia con blusa escotada, habrá hecho  topless ,este gil  tal vez se aburrió de verme , voy a mirar, MIERDA ME SIGUE MIRANDO. (Mi psicoanalista me dijo que yo era un puto reprimido, pero nadie es el dueño de la verdad.)
   Me fui del banco sin querer esperar ha ser atendido por la noche había una fiesta, conversé con gente, pero siempre a última hora  es cuando te interesa charlar con la mas fea afianzando algún tipo de cofradía entre rechazados, La lluvia se escuchaba desde afuera . Sin darnos cuenta ya amanecia  y estavamos solos en la casa. Nos fuimos a un cuarto, la abracé, besé su cuello, toqué sus piernas, continué una y otra vez,  ella inmutable como un helecho estaba acostada, parecia un muñeco de goma. En un instante cerre los ojos y me vi parado en medio de un parque oscuro rodeado de travestis barbudos cojiendo parados con cincuentones pelados. Me fui del cuarto , salí de la casa  y caminé bajo la lluvia.

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